El color, la pasión y el misterio de su tierra natal son los elementos básicos de los cuadros de Filiberto, todos ellos tamizados por la experiencia de vida del artista.

Los largos años vividos en el extranjero le dieron ese último toque de serenidad, tan presente en su obra. Considerado como un pintor de movimientos surrealistas y abstractos, es inclasificable por su forma tan particular de crear un lenguaje pictórico único y colorido, lleno de movimientos, fuerza, espíritu y texturas.

Aunque sus favoritas de todos los tiempos son las flores , que siguen siendo el pilar principal de su obra, Filiberto inició la creación de una colección “Black and White” en 2001, en su casa de fin de semana de Palm Springs, California. Su principal fuente de inspiración fue el glamour, el misticismo y la atmósfera misteriosa que rodeaba a las estrellas de Hollywood durante los años dorados, que extendió a través de su arte a personalidades famosas de otros mundos y horizontes como María Callas, Frida Kahlo y María Félix, pero también a otras más anónimas.

El punto de partida y el objetivo primordial de cualquiera de sus pinturas es crear un potente mural con alma y textura. Por ello, casi siempre trata previamente sus lienzos cubriéndolos con sucesivas capas de una rica mezcla de pintura al óleo y arena. La arena utilizada para su colección “Black and White” procedía del desierto de Palm Springs y simboliza el vínculo entre los seres humanos, la tierra y el arte, pero sus creaciones más recientes, realizadas en Alemania, nacieron sobre una capa de arena de río más suave, principalmente del Rin, ocultando bajo una fuerte capa artística mexicana un poco del alma y la tierra del “lugar de nacimiento” de cada uno de sus cuadros y alineándolos con los flujos locales de energías que conectan la tierra, el arte y los seres humanos locales entre sí. Una interesante consecuencia anecdótica de la utilización de esta técnica es el desgaste acelerado que provoca la arena en los pinceles, lo que hace que se necesite un juego de pinceles completamente nuevo para cada nuevo cuadro y que cada uno de ellos se convierta en algo aún más único de lo que el ojo podría captar.

La esperanza de Filiberto es reflejar a través de cada una de sus obras la belleza de vivir en armonía con la naturaleza, con absoluto respeto por su integridad, ya sea que la naturaleza se refiera a las flores, a los seres humanos exitosos o angustiados.